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- Entre Ceviches y Agave: El Intrigante Impasse entre México y Ecuador
El 12 de julio de 1998, Álvaro Noboa, hijo de Don Luis Noboa- un hombre hecho a sí mismo y quien a su muerte dejaba tras de sí una fortuna valorada en 1200 millones de dólares- había organizado una fiesta en los patios de su empresa exportadora de plátano para celebrar su eminente victoria como candidato a presidente de Ecuador. La historia, sin embargo, fue diferente. A las 5 de la tarde se anunció la victoria de su oponente, Jamil Mahuad, por apenas 100 mil votos. Álvaro – relatan las crónicas de la época- estalló en furia. No sería, sin embargo, la única vez. Le sucederían 4 derrotas más en su búsqueda a la presidencia de la República de Ecuador, la cual finalmente fue alcanzada por otro Noboa, su hijo; Daniel, quien este año 2024, a sus 37 años, se convirtió en el presidente más joven de la historia de ecuador y por fin, logró cristalizar el tan anhelado sueño de su padre. Hasta aquí la breve reseña familiar, con el objeto de comprender, sólo en parte, el exabrupto diplomático que actualmente tiene en un impasse diplomático a México y a Ecuador. De Daniel Noboa, se decía en Ecuador, que su ego era tan grande como uno de sus buques. Algo de eso heredó el hijo, quien pese a ser señalado por la comunidad internacional, al violar el espacio del consulado mexicano en Ecuador, cree que actúa en una película, donde el lenguaje coloquial basta para dar por solucionada una violación al Derecho Internacional. Su última declaración fue lastimosa: invitó al presidente Andres Manuel Lopez Obrador a comer unos ceviches o unos tacos para dirimir el conflicto. Es importante mencionarlo, también el Derecho Internacional no vive sus mejores tiempos. Nos encontramos ya en un mundo multipolar, con una potencia en decadencia, Estados Unidos, un gigante con quien nos une un comercio con altas posibilidades, que es China, y una Rusia que juegas sus cartas de manera estratégica. El Interregno de la Diplomacia, por decirlo de alguna manera. El nacido en Tepetitán, Tabasco, sin embargo, continua fiel a sus principios, gusten o no, respecto al papel de México a nivel internacional. A saber una política exterior que hemos llamado como Diplomacia Del Agave y la cual parte de tres puntos: Fomentar la integración económica de América a partir de la autodeterminación de los pueblos La cooperación para el desarrollo La ayuda mutua No han sido pocas las aduanas que ha tenido que afrontar para ello. Aún más para los desafíos que en materia migratoria enfrenta el país, su apuesta, sin embargo, es firme. Y es que el presidente, a menudo engaña con la verdad. Así los sostuvo desde los inicios de su gobierno, al establecer unos pocos vitales sobre los muchos triviales en materia de política exterior. A diferencia del Noboa de tercera generación que llegó al poder en Ecuador, Obrador conoce que, en materia de política exterior, conviene aplicar una diplomacia suave y un efecto Boomerang. Ante la intervención ecuatoriana, hábilmente el presidente ha solicitado ante la Corte Internacional de Justicia, la suspensión de los derechos de Ecuador dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en tanto no haya una disculpa pública y un compromiso de no repetición. Y es que, en palabras del mismo presidente: lo que sucedió en Ecuador no pasaba en América Latina ni en la época de (Augusto) Pinochet; fueron a protegerse a nuestra embajada cientos de hermanos chilenos que, si lograban llegar a la embajada, se sentían a salvo. (…) No se atrevió este dictador temible a invadir nuestra embajada, como tampoco se atrevieron otros dictadores en Argentina, en Colombia, en Bolivia, entonces no queremos eso”. A una acción, una reacción, pero estratégica. ¿Logrará el presidente su cometido? Desde las antípodas prestaremos atención a esta diplomacia del Agave.
- El debate del debate: encuestas. Usos y abusos en la época actual
Desde las antípodas presenciamos el primero debate presidencial y más allá de resultar evidente que los debates sólo ahondan nuestros propios sesgos cognitivos, otro jugador en el terreno, fueron el uso de las encuestas. Vivimos tiempos electorales donde las encuestas se encuentran a la orden del día, sin embargo, nos resulta fundamental rescatar que éstas tienen tres grandes funciones. 1. Entender al mundo; 2. Proporcionar insumos para estrategias políticas; 3. Servir de pronóstico electoral. De manera lamentable, actualmente predomina más la tercera función. Y es que las encuestas en tiempos electorales están sujetas a intereses, la mayoría de las veces poco claros. A la par, también es cierto que existe un desprestigio de la técnica en las encuestas. Un día después del debate presidencial, ni bien culminaba éste en el ágora digital aparecían múltiples resultados que daban como ganador ya sea a Jorge Álvarez Máynez, Xóchitl Gálvez o a Claudia Sheinbaum. A la práctica, resulta evidente que las encuestas electorales se han convertido en un instrumento para legitimar y construir narrativas en torno a vencedores o perdedores. También como instrumentos de desinformación. Bajo el halo de ser científicas y objetivas, son utilizadas sin ton ni son. Flaco favor le hace al gremio al respecto. Quizás también valga la pena considerar el nivel de sanciones que pueda tener a la práctica, es decir, si a un médico se le sanciona cuando comete un error médico, ¿por qué no hay una sanción para una encuesta cuando se demuestre que ésta miente deliberadamente? Por ello, una cosa que tendrían que hacer los encuestadores es transparentar quién los financia. Dejar de manera clara a qué intereses sirven, para así generar un poco más de credibilidad. Queda claro, Sin embargo, que no necesitamos menos encuestas, sino más de ellas, pero de mejor calidad, aplicable a otros ámbitos y espectros más allá de la arena electoral. Por ello es importante rescatar la labor social de éstas, porque su función más útil es la de comprender el mundo en que habitamos. Desde la perspectiva social las encuestas pueden medir el humor social y ayudar a crear mejores políticas públicas Por ejemplo, el cómo, a partir de la información se pueden desarrollar mejores políticas públicas. Hacen falta más tanques de pensamiento, más centros de opinión pública. Un avance podría ser voltear la mirada a las Universidades Públicas, quienes de acuerdo con la ENCIG 2023, gozan de un (78.7%) de confianza en México. Por tanto, se requiere afinar los incentivos y pensar en un mejor uso para las encuestas en aras de comprender de una mejor manera a la opinión pública en México. Más encuestas, pero de mejor calidad y para mejores fines, fines, en esencia sociales.
- Verde olivo. Los militares y su comunicación estratégica
De manera reciente se publicaron los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2023, (ENCIG) la cual brinda información de suma utilidad respecto a las experiencias y la percepción de la población con respecto a trámites y servicios públicos proporcionados por los diferentes niveles de gobierno, incluyendo servicios de seguridad pública y justicia. En esta ocasión, centraremos la mirada en un apartado de suma interés para la vida democrática de nuestro país. Me refiero al apartado en el cual se analiza la confianza de los ciudadanos en las instituciones o actores de la sociedad. Una obviedad. Los mexicanos tenemos como principal fuente de confianza a los familiares con el 86.7 %, seguido de una institución que en el caso de Puebla y México resulta fundamental en tanto el elemento de que otorga: las universidades públicas con el 82.7%. El tercer lugar lo ocupa una institución también de carácter educativo. Nos referimos a las escuelas de nivel básico: 79.8%. De llamar la atención, sin embargo, resulta el alto nivel de confianza que tiene actualmente en el imaginario colectivo, el ejército y la marina, (73.5 %) lo cual, a manera de hipótesis deja entrever un ejercicio de comunicación estratégica deliberado, ordenado y planeado para mejorar su imagen ante la ciudadanía mexicana. ¿Es esto así? Volvamos a la misma ENCIG, pero para el año 2017. Un año previo a la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador y cuando aún no vislumbrábamos el preponderante papel que el presidente daría, en su facultad de comandante supremo, a las fuerzas armadas del país. Eran momentos difíciles para el Ejército y la Marina, después de poco más de una década con la estrategia frontal de ataque al Narcotráfico. En ese entonces, ambas instituciones se encontraban en el séptimo lugar en el nivel de percepción de confianza entre los ciudadanos, con un 62.2 %, 1 punto porcentual por encima de las Instituciones religiosas, pero por debajo de hospitales públicos, compañeros de trabajo, vecinos, escuelas de nivel básico, universidades públicas y familia. Sin embargo, a la vuelta de 6 años de gobierno, el Ejercito y la Marina pasó de ocupar el séptimo lugar en el nivel de confianza percibida por parte de los ciudadanos, a ocupar un decoroso cuarto lugar, dejando atrás a instituciones que otrora gozaban de mayor credibilidad, como hospitales públicos, vecinos y compañeros de trabajo. Sólo para hacer más llamativo esto ¿en qué lugar se imagina el lector que se encuentra la iglesia respecto al 2017? Del octavo lugar, la iglesia, hoy se encuentra en el lugar número 12. ¿Es todo esto casualidad? No lo creo. Pero esto, es material para analizar en otra ocasión. Por lo pronto, la hipótesis sigue en el aire, pero los resultados de la ENCIG 2023, parecen darnos ya una respuesta. Verde olivo a la vista.
- Comunicación en tiempos de posverdad.
Vivimos actualmente en entornos B.A.N.I (frágiles, ansiosos, no lineales e incomprensibles). Por este sentido, la comunicación política estratégica ha de partir que el ambiente en que se desarrolla es de desinformación y posverdad, los cuales forman parte de la revolución tecnológica que acontece. Un cambio de época en toda la extensión de la palabra. No es conveniente hablar de fake-news, ya que este término precisamente pone el acento en que los medios de comunicación mienten sobre las noticias, cuando una noticia, en su esencia, debería no ser falsa. A la práctica, el término fake news y su uso, se ha vuelto una herramienta que políticos, empresarios y gobiernos, utilizan discrecionalmente. Analicemos la posverdad. Se entiende por posverdad la situación en la que los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que las apelaciones a las emociones y las creencias personales. Así, no sólo se discrepa de la información, sino de los hechos. Surgiendo incluso, los hechos alternativos. Si de comprender la comunicación en entornos de posverdad refiere. Abordemos entonces 5 aspectos fundamentales para su análisis. El primero de ellos es la sobreabundancia. Si antes los factores de producción eran tierra, trabajo y capital. Hoy día, cabría agregar el Big Data. Por poner una analogía respecto a la a la infosaturación, si antes en materia de información estábamos ante un desierto y la información veraz podía ser un pequeño oasis. Hoy día, vivimos un tsunami informativo. Cual tsunami lleva consigo mucha agua turbia. Por consiguiente, resulta aún más necesario, un buen periodismo o filtrar la información a través de medios de verificación, para hacerla “potable”. El segundo factor de esta relación entre comunicación política y posverdad es la transformación de las condiciones trascendentales de la experiencia (Kant). Del tiempo y del espacio. La comunicación se da en entornos de inmediatez, celeridad. Lo que algunos denominan como turbocapitalismo. No existen, por ejemplo, ciclos de noticias de 24 horas. También en el consumidor prima la impaciencia. Se pierde entonces el sentido de la historia y se vive en un presente perpetuo. Esto, no abona a la democracia, pero sí conviene a actores concretos. Ejemplo. Quienes han capturado el Estado de manera no legal, ni legítima. Grandes empresarios etc. Como dijera uno de los empresarios más ricos de México en una biografía. Poder no es el que se ve, sino el que se siente. El tercer elemento se deriva de los anteriores y tiene que ver con un reforzamiento de la economía de la atención. El político puede creer que lo están escuchando, pero lo más probable es que no. Para capturar la atención, la política partidaria se degrada y se convierte en infoentretenimiento. Política Pop. Divertirse hasta morir. Al banalizar la política, se abre el espacio para personajes que, conociendo bien los códigos del entretenimiento, lo utilizan a su favor. Jimmy Morales en Guatemala, Donald Trump o Javier Milei son ejemplos de esto. Se direccionan entonces todas las baterías a resaltar el siguiente elemento: la emocionalidad . En el binomio razón y emoción, uno de ellos actualmente está desbocado. Se apela deliberadamente a las emociones políticas. Una especie de romanticismo contemporáneo se nos presenta y se entroniza. Como dijera un profesor “lagrimas que nos hacen sentir buenos, sólo porque lloramos. Aunque continuemos sin hacer nada”. Las campañas electorales apelan cada vez más a las emociones. Se busca entonces el hecho que marque un hito y sea aprovechado por los medios para apelar emociones en un framing adecuado y así influir en el votante. Las acciones de ligar al presidente López Obrador con el narcotráfico van en este sentido. Finalmente, el quinto elemento que de la posverdad que hemos de considerar en el marco de la comunicación política, es el de las burbujas informativas y la fragmentación de la opinión pública. ¿Debido a qué? A una exposición selectiva de medios y mensajes contrarios a lo que creemos, a una percepción selectiva y también a una retención selectiva por parte de los ciudadanos. Estos elementos más los filtros burbuja que precisamente fomentan los algoritmos de las plataformas digitales, limitan nuestra capacidad de comprender el mundo que nos rodea. Un apunte al respecto. Las tecnologías y plataformas de medios de comunicación a menudo arguyen que ellos son como autopistas, o teléfonos. Sólo son el medio o la infraestructura, pero es falso. En realidad, su negocio depende de capturar nuestra atención y venderla a otras empresas. Sin la creencia de la posibilidad de verdad no se puede esperar nada del dialogo, ni de la comunicación. Pequeñas Torres de Babel, sectarias y gregarias en sí. El peligro oculto de todo esto es que, sin contraste empírico, sin experiencia, ni diálogo; en la era de la emotividad, el relativismo se convierte en una coartada aprovechada por los poderosos.
- Navegando el Tsunami Electoral: El Ecosistema de Comunicación Política al Descubierto
Se avecina formalmente el periodo electoral y desde las antípodas, considero prestar atención a un actor fundamental en el tono de la discusión pública, que ya en sí vive tiempos agitado en su propia dinámica. Me refiero al ecosistema de comunicación política, el cual ha sufrido cambios relevantes. Por ello son importantes las perspectivas comparadas. De esta manera, la comunicación política comparada nos sirve para encontrar diferencias y similitudes entre unidades de análisis (electores, estrategias) pudiendo así describir y explicar variables. También no es útil para generar hipótesis, las cuales nos podrán servir para el diseño, la generación y la evaluación de políticas públicas en materia de comunicación política. Los usos son múltiples. Los ecosistemas de comunicación , en este sentido, pueden ser entendidos como un ensamblaje de individuos, organizaciones y tecnologías con una particular comunidad geográfica alrededor de un determinado asunto de interés para la agenda de gobierno. ¿Qué podemos comparar? Ciertamente muchas cosas. En materia de comunicación política podríamos mencionar por poner algunos ejemplos relevantes, los análisis comparativos de las relaciones institucionales entre el sistema de medios y la política, o el consumo de noticias entre las audiencias nacionales. Detengámonos en este último punto, y para ello bien vale la pena atender a los resultados que ha publicado el "Digital News Report", elaborado anualmente por el Reuters Institute for the Study of Journalism de la Universidad de Oxford de 2023. Este estudio, partiendo de una muestra mundial se nos marca una mirada interesante sobre consumo de noticias por las audiencias nacionales . Sobre todo, atendiendo el tsunami electoral que se avecina. Primero, la revolución digital en la cual vivimos ya de sí. En Corea del Sur, Reino Unido, Suecia, España, Estados Unidos, Alemania y Chile, nueve de cada 10 personas son usuarias de internet. En México, la proporción es de siete de cada 10 personas, cifra mayor a la de Colombia y Sudáfrica. Hay en el mexicano un alto Uso de Redes Sociales para Noticias, principalmente plataformas como TikTok, Instagram o YouTube son cada vez más importantes para las noticias, mientras que Facebook pierden influencia. Sin embargo, también hay en el clima Latinoamericano y mexicano preocupaciones sobre la desinformación, lo que ha llevado a un escepticismo generalizado respecto a la información encontrada en redes sociales y a un mayor interés en verificar fuentes. A la par se muestra un interés creciente en modelos de suscripción y apoyo financiero directo a medios de comunicación, especialmente aquellos que ofrecen análisis profundo y periodismo de investigación. Esto en línea con la diversificación de formatos como videos y podcasts para el consumo de noticias. Resulta en este sentido muy relevante la aparición y consolidación de influencers, como canales de comunicación. Pese a las esperanzas de que internet iba a ampliar el debate democrático, detectamos en la actualidad menos participación en las noticias online que en el pasado reciente. Sólo alrededor de una quinta parte de la gente encuestada participa activamente (22%) y cerca de la mitad (47%) no lo hace en absoluto. El consumo de noticias ha cambiado. Por ello, en el camino del refacultamiento ciudadano, todos somos responsables. Informarnos bien y mejor, buscando fuentes y canales confiables en la medida de lo posible, verificados. No obstante, los desafíos, no harán, sino agudizarse ¿Estaremos preparados para enfrentarlos? Ya lo veremos.
- Paradojas del Votante Mexicano: Racionalidad y Emoción
La coyuntura marca ya, tiempos y aires electorales. Cuando nos referimos a la coordinación de dos o más personas para alcanzar, lograr un bien público del cual todos pueden ser beneficiarios - el agua potable de calidad- estamos refiriéndonos a un ejemplo de acción colectiva. Ésta, tiene sus dilemas, pero también sus propias orientaciones de estudio y sus propias paradojas. Una de las teorías sobre la cual se podría partir, es la de Mancur Olson, la cual pone su mirada en el individuo y también en el supuesto de racionalidad de éste. Es una teoría que tiene sus alcances, pero también sus naturales limitaciones. Y es que sucede que aquello que beneficia al colectivo, no necesariamente implica el interés individual de cada actor para actuar o cooperar. Caemos entonces en la falacia de composición, la cual puede variar según se trate de grupos pequeños o grandes. En grupos pequeños, el incentivo a actuar es más real, en parte por la sanción del grupo. En grupos grandes, por el contrario, unos cuantos gorrones, pueden no decidir contribuir al bien colectivo y pese a ello, verse beneficiados. Por ejemplo, los beneficios obtenidos de acciones sindicales para obtener una mejora en prestaciones laborales. Desde un enfoque racional, podemos analizar también el voto y la teoría del abstencionismo. Conforme a esta perspectiva, si se asume un criterio probabilístico, el que yo vote o no, no marca una diferencia significativa. Mi voto es irrelevante entre un padrón electoral de millones de mexicanos. Los argumentos, podrían caer, con sus variaciones en dos de las siguientes tipologías: ¿y yo para qué voto, si siempre ganan los mismos? ¿Y yo para qué voto, si nunca cambia nada? Pese a esto, la gente sale a votar en masa ¿Implica esto descartar la teoría de la acción colectiva del votante racional? No. Sí reconocer sus alcances y agregar otros elementos a la ecuación. Por ejemplo, el voto expresivo que es aquel que considera un elemento de pertenencia o identidad como factor para salir a votar. Por decirlo de alguna manera, si todos en mi familia votan o si soy un profesor de ciencia política y el lunes me toca dar clase y validarme antes mis estudiantes, por supuesto que saldré a votar. Otro elemento es el de la ignorancia racional, el cual implica que por formación no pueda vislumbrar la existencia de la nula probabilidad del impacto de mi voto, etc. Por todo lo anterior es que los mensajes de campaña a menudo son una mezcla de llamado a la acción, pero también de persuasión y seducción, apelando de esta manera al voto expresivo, es decir, más a las emociones o elementos culturales. Resumiendo: la acción colectiva es un bien público, la cual se logra agregando elementos persuasivos, ya que, de manera probabilística, la acción individual, puede tener un saldo negativo. Desde las antípodas, con una mirada puesta en la teoría y la acción, la analizaremos.
- Desigualdad S.A.: Desentrañando el Impacto del Poder Corporativo en Nuestras Vidas
El reciente informe de Oxfam "Desigualdad S.A." publicado a principios de enero pinta un retrato alarmante de la economía global: desde 2020, la riqueza de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado, mientras que la riqueza acumulada de unos 5000 millones de personas ha disminuido. Esta escalofriante estadística es el punto de partida para explorar la creciente desigualdad a través de las lentes de Thomas Piketty, Joseph Stiglitz y Amartya Sen. Tres teóricos de la desigualdad que nos pueden brindar, desde las antípodas, varias luces al respecto. Piketty, cuyo análisis se centra en la acumulación de capital, interpretaría el informe como una evidencia clara de su teoría: la riqueza tiende a concentrarse en la cúspide, dejando atrás a la mayoría. Este fenómeno no es solo un número en una página, sino una realidad que afecta las vidas de miles de millones. Por su parte, Stiglitz, con su enfoque en la desigualdad y la globalización, se alarmaría por cómo las prácticas corporativas están exacerbando estas diferencias. El informe resalta cómo la reducción de salarios, la evasión de impuestos y la privatización de servicios públicos contribuyen directamente a este problema. Estos actos no son solo decisiones empresariales, sino elecciones que tienen un impacto profundo en la estructura social y económica y que se hacen patentes en el mundo occidental y se agravan aún más en democracias perezosas, o con debilidad institucional, como el caso mexicano. Sen, conocido por su énfasis en las capacidades humanas, destacaría de dicho informe las desigualdades de género, raza y clase mencionadas. La explotación en las cadenas de suministro globales y las brechas de riqueza y de ingresos no son solo estadísticas, sino reflejo de oportunidades perdidas y derechos negados. Frente a este escenario, el informe de Oxfam propone medidas concretas: regulación efectiva del poder corporativo, impuestos más altos para los ricos y promoción de modelos de negocio equitativos. Estas recomendaciones resuenan con los llamados de Piketty y Stiglitz por políticas que redistribuyan la riqueza y limiten el poder empresarial. Sin embargo, no se trata solo de políticas económicas, sino de una reevaluación moral de nuestras prioridades como sociedad. El papel de los gobiernos es crucial, pero no sería ingenuo pensar que los millonarios o grandes corporativos no hacen nada para frenar posibles regulaciones a su poderío económico. Sen subrayaría de esta manera la importancia de revitalizar el Estado para garantizar servicios públicos que combatan la desigualdad y regulen el poder empresarial. La responsabilidad no recae únicamente en los políticos; es un llamado a la acción para todos. En conclusión, "Desigualdad S.A." no es solo un informe; es un espejo de nuestra sociedad actual y un llamado urgente a la reflexión y acción. La desigualdad no es inevitable; es el resultado de decisiones humanas y también de grandes e importantes luchas políticas. A través de la sabiduría de Piketty, Stiglitz y Sen, vemos que hay caminos hacia un futuro más justo, pero que no se trata de un paseo por el campo. Al contrario, es la historia de la desigualdad eterna del mundo. Como lectores, no solo debemos quedarnos pensativos, sino motivados a actuar para cambiar la narrativa de la desigualdad y sus brutales efectos en todos los habitantes de esta casa, llamada Tierra.
- Alejandro Armenta Mier. ¿El cambio progresista para Puebla?
Alejandro Armenta Mier, el actual candidato de Morena para la gubernatura de Puebla, representa una figura política que destaca por su adaptabilidad, profundo conocimiento del estado y un firme compromiso con los ideales progresistas de la Cuarta Transformación, tan necesarios estos en la ejecución de ese “segundo nivel” que AMLO sugiere para México y sus entidades federativas. A Alejandro Armenta Mier, su formación especializada en Administración Pública le brinda una comprensión técnica y una perspectiva analítica de la gestión gubernamental. Este trasfondo académico es crucial en un entorno político donde las decisiones efectivas deben estar respaldadas por un conocimiento profundo y un análisis cuidadoso. Además de sus credenciales académicas, Armenta Mier tiene un conocimiento detallado y una conexión profunda con el estado de Puebla. Esta familiaridad con la geografía, la cultura y la gente de Puebla no solo le otorga una comprensión íntima de los desafíos y aspiraciones locales, sino que también lo capacita para formular políticas que son cultural y geográficamente pertinentes, buscando así, abogar por un desarrollo que no solo sea económico, sino también cultural y socialmente inclusivo. Su enfoque político e ideológico, caracterizado por un compromiso con la justicia social y el desarrollo económico equitativo está inspirado en las ideas de pensadores contemporáneos como Thomas Piketty y Angus Deaton. De esta manera Armenta Mier se enfoca en políticas que buscan abordar la desigualdad económica y promover una distribución más equitativa de la riqueza. Estas políticas son particularmente pertinentes en Puebla, donde la desigualdad y la necesidad de un desarrollo inclusivo son preocupaciones centrales. La habilidad de Armenta Mier para formar alianzas estratégicas y generar consensos dentro de Morena ha sido un factor clave en su ascenso como candidato. Su capacidad para unir a diversos grupos en torno a una visión común es una habilidad esencial en la política moderna y demuestra su capacidad para liderar de manera inclusiva y efectiva. En conjunto, la candidatura de Alejandro Armenta Mier a la gubernatura de Puebla es el reflejo de una carrera política que combina experiencia, conocimiento profundo del estado y un compromiso con el progresismo. Su enfoque en la justicia social, el desarrollo económico y su habilidad para conectar con los ciudadanos de Puebla lo posicionan como un líder capaz y preparado para dirigir el estado hacia un futuro próspero y equitativo. Armenta Mier entiende que el desarrollo de Puebla no solo debe medirse en términos económicos, sino también en la mejora del bienestar social y cultural de sus habitantes. Su trayectoria vital, no solo lo han llevado a comprender la política desde una perspectiva teórica, sino que también entiende cómo estas políticas impactan en la vida diaria de los poblanos. Esta combinación de conocimiento académico y experiencia práctica es esencial para formular políticas que sean realistas, efectivas y que verdaderamente resuenen con las necesidades de la gente. En el panorama político actual, marcado por desafíos complejos y cambiantes, la figura de Armenta Mier emerge como un líder preparado para enfrentar estos retos con una visión clara y estrategias bien fundamentadas. De esta manera, su éxito en las próximas elecciones dependerá de su capacidad para comunicar esta visión a los electores y de su habilidad para implementar sus políticas de manera efectiva, asegurando que Puebla no solo crezca económicamente, sino que también se convierta en un lugar más justo y equitativo para todos sus habitantes. En definitiva, Alejandro Armenta Mier representa una generación de políticos de la Cuarta Transformación que combinan experiencia, conocimiento y un compromiso genuino con el progreso social. Su candidatura a la gubernatura de Puebla es una oportunidad para que el estado avance hacia un futuro donde el desarrollo económico vaya de la mano con la justicia social y la inclusión, una visión que resuena profundamente en el contexto actual de México. Desde las antípodas, veremos si esto es posible.
- Gobernanza de alto nivel: Alejandro Armenta y la crucial formación de cuadros técnicos en Puebla
La evolución del perfil de los funcionarios en México ha pasado por momentos de transformación profunda, marcados por los cambios en el contexto económico, social y político. Desde el presidencialismo hegemónico hasta la pluralidad contemporánea, el sistema ha transitado de la centralización absoluta del poder a un esquema más fragmentado, donde las instituciones de formación cobran un papel crucial para la profesionalización del servicio público. Durante la hegemonía del PRI, el acceso a posiciones de poder dependía en gran medida de la afiliación al partido, la cercanía con mentores políticos y la formación en instituciones nacionales, principalmente en la UNAM. Este modelo, basado en redes informales y acuerdos internos, funcionó como un sistema de ascenso político durante décadas. Sin embargo, también limitó la diversificación de perspectivas en el gobierno al priorizar la lealtad sobre la competencia técnica. Durante esta época, se construyó una maquinaria política que permitió mantener la estabilidad del sistema, pero enfrentó un desgaste notable con la crisis económica de los años 80 y la presión de las clases medias por mayor representación. Este escenario forzó la apertura democrática y dio paso al surgimiento de nuevas élites tecnocráticas que cuestionaron la tradicional mentoría informal basada en relaciones partidistas. Con la llegada de los tecnócratas, caracterizados por su formación en economía en instituciones de prestigio como Harvard o Chicago, se desplazó parcialmente la influencia de las universidades nacionales. Este grupo introdujo una perspectiva pragmática y orientada a la eficiencia en la toma de decisiones, pero su desconexión de las bases sociales minó su legitimidad. El legado tecnocrático evidenció la necesidad de combinar una formación técnica rigurosa con un enfoque político inclusivo. Esto abrió la puerta a un resurgimiento de élites políticas con un perfil mixto: educación especializada combinada con experiencia local y regional, buscando una mayor cercanía con las demandas sociales. En este contexto de transformación, México adoptó modelos internacionales para profesionalizar su servicio público. Uno de los referentes más importantes ha sido el sistema francés, con instituciones emblemáticas como la École Nationale d'Administration (ENA) , que ha formado a presidentes y altos funcionarios como Emmanuel Macron. Este modelo combina una rigurosa formación académica con prácticas profesionales en el sector público, preparando a los estudiantes para asumir responsabilidades de Estado con una visión estratégica y tecnocrática. Inspirado en este modelo, México cuenta con instituciones como el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) , dedicado a la formación y actualización de cuadros directivos en la administración pública. El INAP ha sido clave para promover una cultura de profesionalización entre los funcionarios públicos, especialmente en un contexto donde la complejidad de los problemas nacionales requiere habilidades técnicas y de gestión de alto nivel. En el ámbito local, el Instituto de Administración Pública de Puebla (IAP Puebla) ha desempeñado un papel crucial en la formación de servidores públicos estatales. Esta institución no solo capacita a funcionarios en técnicas de administración y políticas públicas, sino que también fomenta la innovación en la gestión local, respondiendo a las demandas específicas de una entidad con alto dinamismo político y económico. El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, representa un ejemplo destacado de esta nueva generación de políticos con formación técnica y trayectoria política. Doctorado en Administración Pública por el INAP, Armenta combina una sólida preparación académica con décadas de experiencia en el ámbito político, lo que lo posiciona como un líder capaz de afrontar los desafíos de gobernar una de las entidades más dinámicas del país. Armenta también ha trabajado en estrecha colaboración con el IAP Puebla, impulsando la profesionalización de los servidores públicos estatales. Este enfoque busca garantizar que la administración pública en Puebla sea eficiente, innovadora y capaz de responder a los retos locales con soluciones sostenibles. Su liderazgo destaca por promover la integración de la formación académica con la práctica política, fortaleciendo así la gobernanza en el estado. El fortalecimiento de instituciones como el INAP y el IAP Puebla, junto con la promoción de alianzas internacionales que permitan replicar modelos exitosos como el francés, será fundamental para garantizar que los nuevos cuadros políticos estén preparados para enfrentar problemas globales como el cambio climático, la desigualdad y el narcotráfico. Además, estas iniciativas deben estar acompañadas de un esfuerzo por mantener un contacto genuino con las bases sociales, asegurando que las políticas implementadas reflejen las necesidades de la población. El liderazgo de Alejandro Armenta Mier en Puebla puede establecer un precedente importante, demostrando cómo una formación de alto nivel, combinada con experiencia política y un enfoque en la innovación, puede traducirse en resultados tangibles para los ciudadanos. Esto no solo reforzará la confianza en las instituciones públicas, sino que también posicionará a Puebla como un referente nacional en la profesionalización del servicio público y la gestión de alto impacto.
- INE y el laberinto de la democracia: ¿Qué nos dice la elección judicial sobre nuestra salud democrática?
La presidenta Claudia Sheinbaum ha reafirmado a inicios de esta semana su optimismo sobre la realización de las primeras elecciones judiciales en México, programadas para el 1 de junio de 2025. Este proceso, nacido de una reforma sin precedentes, promete democratizar la elección de jueces y magistrados, una empresa que, a primera vista, parece un hito en la relación entre ciudadanía e instituciones judiciales. Sin embargo, detrás del velo de esperanza, se esconden desafíos que amenazan con convertir este sueño en un espejismo. Según Arturo Zaldívar, coordinador general de Política y Gobierno, el interés inicial en la convocatoria refleja un entusiasmo notable: más de 18 mil registros a través del Ejecutivo, casi 12 mil en el Legislativo y cerca de 4 mil por parte del Judicial. Estas cifras, que podrían interpretarse como una ovación al modelo democrático, también revelan que la participación está anclada en las estructuras de poder tradicionales, pues son los tres poderes quienes canalizan las postulaciones y no la ciudadanía de manera directa. Ahora, los comités de evaluación deben depurar las listas de candidatos y seleccionar, en un proceso que finalizará en febrero, a los contendientes definitivos. El camino hacia el 1 de junio está trazado, pero plagado de obstáculos. El primer hito ocurre ya a mediados de diciembre, el 15, cuando los comités de evaluación publicarán la lista preliminar de personas que cumplen con los requisitos de elegibilidad. Posteriormente, y a más tardar el 4 de febrero, depurarán estas listas para definir a los finalistas. De este proceso surgirán diez nombres para las vacantes en la Suprema Corte, el Tribunal Electoral y el Tribunal de Disciplina Judicial, así como seis finalistas para cada juzgado y tribunal colegiado. Finalmente, en febrero, se aprobarán los listados definitivos: tres candidatos por cada tribunal superior y dos para cada vacante de jueces y magistrados en tribunales colegiados y de circuito. Este cronograma, aunque detallado, depende de una maquinaria institucional ajustada al límite, donde los errores no solo son posibles, sino probables. Sheinbaum ha enfatizado que este ejercicio es factible, incluso bajo los plazos apretados que enfrenta el Instituto Nacional Electoral. Pero, aunque los tiempos puedan estirarse como una cuerda tensa, las críticas hacia la reforma judicial y su implementación no se desvanecen. La falta de claridad en las reglas, sumada a un presupuesto recortado, perfila un proceso tan complejo como una partida de ajedrez a ciegas. El INE, encargado de ejecutar esta elección inédita, ha solicitado una prórroga de 90 días, argumentando que los desafíos operativos y logísticos hacen necesario replantear el calendario. La respuesta presidencial fue tajante: "los tiempos son suficientes", dejando al INE con la responsabilidad de navegar un laberinto sin un mapa demasiado claro. La narrativa oficial pinta este proceso como un ejemplo global de democracia en acción. Sin embargo, al desentrañar los detalles, la elección corre el riesgo de ser una ilusión más que una transformación. Los aspirantes no recibirán recursos públicos, y la promoción de sus candidaturas dependerá únicamente de sus propias redes y medios limitados. Este modelo, en teoría destinado a reducir el impacto del dinero en la política, en la práctica podría perpetuar desigualdades, favoreciendo a quienes ya tienen acceso a plataformas de comunicación o influencias preestablecidas. Es cierto que el número de registros es impresionante, pero la democracia no se mide solo en cifras, sino en la capacidad de garantizar que todos los participantes tengan igualdad de condiciones. ¿Cómo hablar de un modelo equitativo si los recursos y las reglas parecen diseñados más para sortear obstáculos que para facilitar la participación? La confianza ciudadana no se construye con palabras grandilocuentes, sino con acciones transparentes que respalden la legitimidad del proceso. Aquí es donde todos nosotros, como ciudadanos, debemos tomar un papel activo. No podemos ser espectadores pasivos en esta encrucijada histórica. Es momento de velar por la existencia de claridad, transparencia y equidad en un proceso que definirá la columna vertebral de nuestro sistema de justicia. Informémonos, debatamos y cuestionemos las decisiones que se toman en nuestro nombre. La democracia es un jardín que se marchita si no lo cuidamos; requiere de nuestra atención constante y de una participación crítica. De manera tal, que el verdadero desafío radica en que estas elecciones sean vistas como un acto de justicia democrática y no como un teatro político. Las sombras del presupuesto limitado, los plazos ajustados y las tensiones entre el Ejecutivo y el INE no solo amenazan con empañar este ejercicio, sino que ponen en duda si estamos ante un modelo a seguir o frente a una lección amarga para el sistema electoral mexicano. La invitación es clara: reflexionemos sobre el papel que desempeñamos en esta narrativa. Si este proceso resulta exitoso, podría ser recordado como el inicio de una nueva relación entre la ciudadanía y el Poder Judicial. Pero si fracasa, será un recordatorio de que la improvisación institucional tiene un costo que la democracia no siempre puede pagar. La apuesta es alta, y el tiempo dirá si este experimento logra cristalizarse como un avance histórico o si se desmorona bajo el peso de sus propias contradicciones. Mientras tanto, desde las Antípodas, el laberinto de la democracia nos invita a encontrar salidas juntos, a desafiar las paredes que nos encierran y a construir puentes donde antes había muros. El reto está lanzado: ¿estamos dispuestos a tomar las riendas de nuestro destino democrático?
- Claudia Sheinbaum y el G-20: ¿Sembrando Paz en un mundo armado?
En la reciente Cumbre del G-20 en Brasil, la presidenta Claudia Sheinbaum marcó un hito al proponer una iniciativa global contra el hambre, la pobreza y el cambio climático. Desde la tribuna internacional, planteó redirigir el gasto militar hacia programas de reforestación y desarrollo social, subrayando la urgencia de una "Economía Moral" y el "Humanismo Mexicano" como nuevos paradigmas. En su discurso, Sheinbaum destacó logros significativos de México, como la reducción de la pobreza en más de nueve millones de personas y la implementación de "Sembrando Vida", un programa que ha reforestado más de un millón de hectáreas y capturado 30 millones de toneladas de CO₂ anuales, ayudando a 439 mil familias en México y 40 mil en Guatemala, Honduras y El Salvador. Su propuesta ante el G-20, basada en destinar el 1% del gasto militar global a un programa de reforestación mundial, busca mitigar el calentamiento global y restaurar el tejido social en comunidades vulnerables. Sin embargo, las críticas no tardaron en surgir. Observadores internacionales cuestionaron la viabilidad política de redirigir recursos en un contexto donde el gasto militar global, según el SIPRI 2024 - compendio de información y análisis sobre la evolución de los armamentos- el desarme y la seguridad internacional alcanzó un récord de 2.4 billones de dólares en 2023, mientras que 700 millones de personas aún viven en pobreza extrema. En este marco, la propuesta de México enfrentaría resistencias, sobre todo de potencias que lideran las exportaciones de armamento, como Estados Unidos, Rusia y Francia. Además, el contexto interno mexicano presenta retos significativos, como la inseguridad y la violencia armada, que parecen contrastar con la narrativa optimista del discurso presidencial. A pesar de las críticas, el planteamiento de Sheinbaum se une a otras iniciativas internacionales como el Acuerdo Verde Europeo y proyectos de reforestación masiva en India, que han demostrado que los programas integrales de desarrollo sostenible pueden generar impactos positivos en lo ambiental y social. Estas experiencias, sin embargo, también evidencian la necesidad de consensos políticos sólidos y financiamiento sostenido, desafíos que México tendría que enfrentar si aspira a liderar esta propuesta global. El discurso de Sheinbaum, impregnado de idealismo, recuerda que la paz y la justicia social son semillas que deben cultivarse en los terrenos más áridos. La propuesta de transformar armas en árboles, aunque utópica, plantea un desafío necesario en un mundo donde la destrucción supera a la construcción. México, sin embargo, ha de seguir liderando con el ejemplo, fortaleciendo sus propios programas sociales y ambientales mientras teje alianzas internacionales que respalden esta visión. Según datos del SIPRI, el mercado global de armas no solo exacerba conflictos, sino que limita recursos destinados a necesidades urgentes como el combate al hambre y el cambio climático. El informe también destaca cómo regiones afectadas por la violencia armada sufren desproporcionadamente las consecuencias del cambio climático, un vínculo que refuerza la pertinencia de la propuesta de México para integrar la paz, el desarrollo y la sostenibilidad. El mensaje de Sheinbaum no solo coloca a México en el escenario internacional, sino que invita a replantear las prioridades globales. Su llamado a "dejar de sembrar guerras y sembrar vida" es un halo de aire fresco y una promesa de esperanza en tiempos de incertidumbre. ¿Será este el momento en que las naciones decidan construir en lugar de destruir? El futuro, como un árbol joven, depende del cuidado que reciba hoy.














